CCleaner incluye un completo sistema de análisis que conoce estos rincones y es capaz de encontrar todo tipo de datos innecesarios: archivos temporales, claves del registro obsoletas, instalaciones mal terminadas, cookies o rastros de archivos en nuestro navegador entre muchos otros apartados. El limpiador es capaz de sondear zonas de nuestro sistema como la papelera, los archivos temporales o el portapapeles, aunque su punto fuerte está en soportar un sinfín de programas adicionales a la hora de detectar elementos innecesarios, desde las herramientas de Adobe hasta paquetes de Office. Todos ellos pueden acumular archivos basura y pueden eliminados.
Podrás configurarlo una vez instalado para que aparezca la opción de limpieza CCleaner en el menú contextual de la papelera de reciclaje, e incuso para que repase tu equipo cada vez que éste se inicie, aunque el grueso de sus herramientas se encuentra dentro del propio programa, con una interfaz fácil de entender y mucha rapidez a la hora de realizar cada una de las tareas de las que es capaz.
Infectar nuestro PC es demasiado fácil. Aunque tengamos nuestro antivirus activo y en vigencia puede darse el caso de que hagamos clic accidentalmente en el enlace que no debemos y que en pocos segundos tengamos malware metido hasta la cocina. Cada caso es un mundo puesto que existen muchísimos tipos de software malicioso con diferentes sistemas de infección. Aún así, existe una serie de pasos básicos genéricos que podemos realizar para desinfectar nuestro PC.
CCleaner está hasta en la sopa cuando hablamos de temas relacionados con el mantenimiento y optimización de nuestro PC, estando su utilidad y eficiencia fuera de duda. Ahora bien, ¿sabemos realmente todo lo que es capaz de hacer el programa? La idea generalizada es que permite "eliminar archivos basura" y limpiar el registro, pero tales funcionalidades son solo la punta del iceberg dada gran cantidad de usos que le podemos dar. Aquí va un repaso con algunas de las cosas que podemos hacer con CCleaner y que posiblemente desconozcas.
Mejorar el rendimiento de nuestro sistema operativo sin tocar nada del hardware es el Santo Grial del usuario medio. Existen muchos métodos para rasgar unos milisegundos a la hora de arrancar o cerrar Windows realizando determinadas acciones, ya sea evitando que determinados programas o servicios se carguen, eliminando drivers y funcionalidades que no utilizamos o modificando algunos aspectos del registro para acelerar determinadas comprobaciones del sistema.
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